NUESTRA SELECCIÓN FESTIVALERA

La opinión de los profesionales

Caras y Lugares, la película de apertura

Hoy arranca el 36° Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay. Y como es costumbre en la Semana Santa, un grupo de personas correrán de sala en sala buscando una alternativa al daño de ojos que hay en estos momentos en las carteleras comerciales. Y como es costumbre desde hace unos años, nosotros rescatamos a puro prejuicio una serie de películas que nos interesan y que sobre todo nos interesa difundir. Así que acá está nuestra opinión suprema sobre algo, muy poco, de todo lo que vale la pena ver. Más exactamente 6 películas, que sí, para que negarlo, tienen un poco de capricho o de elección personal. Así que lean, vean los trailers, y sobre todo vayan a Cinemateca que se está despidiendo de sus viejos templos y en miras de una mudanza hacía su nuevo centro.

Caras y Lugares  (Agnés Varda y JR)

Cuando una persona que pertenece a los “grandes del cine”, y que generalmente está en los libros de historia, estrena una película en el siglo XXI me genera una sensación extraña. Es como darle una cualidad más de persona y menos de mito, porque al fin y al cabo es enterarse que siguen vivos (y trabajando). Eso me sucedió cuando supe de Visages, Villages de Agnés Varda. Quienes conozcan a la directora seguramente no están leyendo esto como motivación para ir a ver la película, porque no creo que necesiten más razones para ello. Para los que no la conocen y quieren un empujoncito, acá va: Varda tiene 89 años y es conocida por formar parte de la Nouvelle Vague, un movimiento cinematográfico francés nacido en los 60 que buscaba romper con las convenciones del cine tradicional, grandilocuente y honroso que se solía rodar en Francia durante esa época. Su película más conocida es la hermosísima e innovadora Cleo de 5 a 7. Un párrafo es muy poco para explicar por qué deberíamos ir a ver Visages, Villages. En primer lugar, porque Varda es Varda. Después, porque es un documental realizado en colaboración con el artista JR. Ambos se propusieron realizar un proyecto hermoso, humano, simple y por eso muy mágico. A partir de ese trabajo en conjunto, realizaron este documental. Parece una muy, muy buena combinación. Si no me creen, miren el tráiler.  Se exhibe hoy, jueves 29, en Cinemateca 18 a las 21:30. Andrea Pérez.

El día después (Hong Sang-Soo)

El multipremiado Hong Sang-Soo llega al Festival de Cinemateca con su última película The Day After. La historia de un editor de libros que entre copa y copa va decidiendo qué hacer con los amores y desamores que componen su vida. De cualquier manera, suele suceder en las películas de Sang-Soo que la trama en sí es lo que menos importa: los acontecimientos son una excusa para generar momentos, conversaciones y pausas. Para hacer a los personajes hablar, y no tanto para que la acción en sí transcurra. Aquí están todos sus temas recurrentes: los vínculos personales, las conversaciones importantes con apariencia banal, el amor, la soledad, el alcohol y los detalles trascendentales. El director coreano es conocido por lo austero de sus puestas en escena, con cierto retrogusto a una “forma de hacer” paciente del cine independiente (típico de Cassavettes, por ejemplo). Además, The Day After está filmada en blanco y negro. Así que a quienes les guste ese estilo cinematográfico de planos largos, y muchas veces melancólicos, ya tienen una razón para ir a verla. La otra vendría a ser lo que la historia puede aportarles a su vida personal, pero eso no lo van a saber hasta que salgan de la película. Las funciones son hoy jueves 29 a las 17:35 en Cinemateca Pocitos, y el 2 de Abril en Cinemateca 18  las 19:20. AP.

Las Cinéphilas (María Álvarez).

Toda persona que haya ido a Cinemateca o a Cine Universitario a la primera función, o sea a eso de las cinco de la tarde un día de semana, las conoce. Señoras mayores, jubiladas, apasionadas por el cine, capaces de enfrascarse en las más variadas charlas con el primero que pase. Es solo justo y necesario que ellas, o algunas de ellas, las que puedan representar a las otras, tengan una película propia. La opera prima de María Álvarez (que además de dirigir el film lo escribió, lo produjo, lo sonorizó, lo fotografió, lo edito y ahora lo distribuye), es sin duda el real plato fuerte de la Competencia de Nuevos Realizadores, y un acto de reparación que les da voz e imagen a estas mujeres y su relación con el cine, que es también su relación con el mundo (como si ambas no fuesen en definitiva la misma cosa). Testigos lúcidos, narradoras apasionadas de esa misa oscura que es el acto de ver películas, coleccionistas de recuerdos delirantes y falsos construídos en celuloide, las tres cinéphilas de Álvarez (que incluyen a una montevideana, una porteña y una madrileña) saben que el cine no es solo un escapismo, sino también una casa dónde viven los fantasmas. Es decir, un lugar que al registrarnos nos salva, mínimamente, del olvido y de la muerte. Sea usted misme parte de este club yendo a conocerlas el sábado 31 de marzo a las 18:25 en Sala Lumiere y en Sala 2 el 1 de Abril a las 17:30. Flavio Lira.

 

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Los Buenos Modales (Juliana Rojas y Marco Dutra).

Los Buenos Modales está haciendo un montón de ruido. Lo hizo en el festival de Locarno dónde ganó el Leopardo de Plata, lo hizo en Rotterdam, probablemente lo haga acá dentro de la Competencia Internacional de Largometrajes y con su participación dentro del Focus Brasil (aunque los montevideanos somos un poco lentos de reflejos) y lo hará cuando pase por el Bafici dentro de unas semanas. ¿Cómo no hacerlo? Una página la describe como «drama musical sobre amantes lesbianas que crían un hombre lobo». O sea. A ver. ¿Cuán genial es eso? Por suerte, el film de Juliana Rojas y Marco Dutra escapa al gimmick de ese resumen apurado. Estilizado cuento de hadas terrorífico (como todos los cuentos de hadas) que bajo su lúrida premisa clase B contiene un subtexto de crítica social tanto sobre los estratos y castas de la sociedad brasilera como de la construcción cultural de la maternidad. Es decir, no se trata de bizarrismo ni de guiño al ojo al espectador entrenado y con ganas de reírse cancheramente. Se trata de un film para ver, discutir, disfrutar y padecer, más cercano a La Bella Durmiente de Disney que a Herschell Gordon Lewis. Y se exhibe el sábado 31 en Cinemateca 18 a las 23:25 así como el viernes 6 a las 21:40 en Cinemateca PocitosFL.

Tempo comun (Susana Nobre)

Ya habíamos hablado de esta película portuguesa en la cobertura del festival de Rotterdam. Al no estar incluída en la competencia es posible que este pequeño gran film pase desapercibido nuevamente. Lo cual sería una pena, porque se trata de una de un trabajo particularmente lúcido. Con un material de base que podía desembocar tanto en los lugares comúnes más rancios como en la sentimentalismo más barato, esta historia de una pareja que acaba de tener un hijo esquiva esos peligros gracias a una puesta en escena bella y rigurosa, hecha de planos fijos y elipsis. Borrando todos los límites entre documental y ficción, y tomando desvíos narrativos fascinantes (que mejor verlos que contarlos), la directora Susana Nobre nos regala una obra que pone sobre el tapete las diferencias generacionales, los traspasos de roles de madres a hijos, las diversas maneras de enfrentar el desafío de volverse padres, y también los inconvenientes de intentar ser un adulto. Todo sin volverse discursiva o sermoneadora, siempre en un tono medio y pausado que nunca deriva hacía la lentitud gratuita. La oportunidad para apreciarla se da tanto el martes 3 de abril a las 16hs en la Sala Lumiere como el miércoles 4 a las 16:45 en la Sala Chaplin. FL.

 

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Hacia la luz (Naomi Kawase)

No debe ser fácil para Naomi Kawase protegerse de las expectativas que el mundo cinéfilo tiene de ella, al haber sido la cineasta más joven premiada en el Festival de Cannes en 1997. Las críticas que circulan acerca de Hacia la luz (su nueva película y la que recomendamos aquí) suelen hacer referencia a la “gloria pasada” de sus primeras películas (Shara, El bosque de luto, Tarachime), como si la directora debería quedarse haciendo aquello que hizo hace 20 años. Sin embargo, por pequeñas cosas que se develan de la trama y por los trailers, creo que Hacia la luz merece ser vista. No sólo por la confianza que le tengo a sus películas, sino porque la trama es interesante de por sí: una mujer que trabaja haciendo audiocomentarios de películas para no videntes se encuentra con un fotógrafo que está perdiendo la visión. Tema recurrente en Kawase: la desaparición, la muerte, la naturaleza, lo inevitable. Todo eso mostrado desde la delicadeza y la crudeza que la caracteriza. ¿Qué razón tendríamos para refugiarnos en sus grandes películas cuando la directora sigue brindándonos nuevas visiones y nuevos momentos? Darle una oportunidad a Hacia la luz quizás nos permita reencontrarnos con la directora que desdibujó el límite entre realidad y ficción. Pueden verla el 6 de Abril en Sala Cinemateca y al día siguiente, o sea el 7, en Cinemateca 18. AP.

 

 

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