MI TOP 10 DEL 2023

Si se tuviera que buscar una definición para un año como el 2023, ese sin lugar a dudas sería “Raro”, ya que ocurrieron varias cosas que no podríamos describir fácilmente de primera. Si bien la vuelta de varios grandes autores entusiasmaba (y mucho), varios de los menos favoritos del medio volvieron al ataque todos juntos (teniendo incluso un reconocimiento inmerecido). Hubo lindas sorpresas que resaltaron más que el cine mainstream actual sea tan banal. Y cosas como los primeros usos de inteligencias artificiales o las huelgas que hubo en la industria, marcan un antes y después. Por eso cuesta decir si este fue un buen año como el 2021, o uno horrendo como el pasado. Si se preguntan la opinión de este servidor, solo diré que si en los Oscars del año próximo no gana un video de Tik Tok estirado a 2 horas y media, estaremos más que bien.

Hablando más en serio, dentro de todo, no fue una mala cosecha. Como dije antes, la vuelta de grandes autores y varias sorpresas que ayudaron a que este año sea digerible, así que no se sorprendan si aparecen algunos directores que tengan un lugar en la mayoría de las listas de los demás. Y como última aclaración, no van a estar varias cintas de las cuales espero un montón de cosas y que seguramente puedan tener un lugar en esta lista si la llegara a actualizar. Y a pesar de que varias se pueden ver por medios no tan legales, su visionado en salas se me parece indispensable y por eso las espero. Algunas: Los que se Quedan de Alexander Payne, Ferrari de Michael Mann o Golpe de Suerte de Woody Allen.

Dicho esto, vamos con la lista.

Juego Limpio (Dir. Chloe Domont)

10. Juego Limpio (Dir. Chloe Domont)

La primera sensación que le queda a uno después de ver una película como Juego Limpio es ¿Cómo puede una plataforma como Netflix tener esto en su catálogo? Cuesta pensar a la empresa lanzando en su servicio una cinta que deja pensando al espectador. Y cuando digo esto, no me refiero a dejarlo pensando a través de algún tipo de trampa narrativa, sino presentando ideas morales, juegos de poder y un manejo de las situaciones perfectamente balanceados y ejecutados. Juego Limpio retoma el thriller erótico y lo desarrolla de una forma más que formidable, entiendo al subgénero no como una excusa para mostrar desnudos, sino para mostrar, a través de la tensión sexual, la verdadera tensión que se desarrolla en la relación amorosa que sujetan nuestros protagonistas y el cómo los roles dominantes pueden ir cambiando secuencia a secuencia.

Protagonistas, los cuales además de tener una química increíble en pantalla (gran parte de esto es debido a las muy buenas actuaciones de Phoebe Dynevor y Alden Ehrenreich) están muy bien escritos, permitiendo en todo momento nuestra fijación en su desarrollo y en cómo podemos cambiar de bando una vez que se pasa a la siguiente escena. Todo desembocando en un final que, como en toda buena obra, solo nos puede dejar más dudas que certezas. Pero no porque no hayamos entendido lo que pasó, lo que pasó lo sabemos de primera mano, sino por los debates internos que nos generan. ¿Tenían otra salida?, ¿Todo hubiera salido bien si Luke no fuera un idiota?, ¿Se amaban? Dudas que solo generan las buenas películas y que resaltan mucho más al ser esta una ópera prima. Esto hace de Chloe Domont una directora con ideas claras, lo cual siempre es bienvenido.


El Método Tangalanga (Dir. Mateo Bendesky)

9. El Método Tangalanga (Dir. Mateo Bendesky)

De todas las biopics que vimos este año (y de las que nos quedan por ver) quién diría que la mejor iba a ser una que, en primer lugar, no se podría encasillar del todo en ese subgénero al utilizar un gran componente fantástico. Y segundo, que es sobre un comediante. Uno extraordinario -vale aclarar- pero que si se lo compara en peso histórico con el padre de la bomba atómica o el genio militar más grande de todos los tiempos, queda simplemente como una partícula en el aire. Pero Mateo Bendesky y Martín Piroyanski aprovechan la historia de un personaje tan estrafalario como el Doctor Tangalanga para entregar una película que, esencialmente, es una gran comedia con un clásico guión de reloj suizo. Básicamente, lo que al Doc le hubiese encantado que hagan.

El arte del insulto en esta película, además de ser un catalizador de grandes chistes, también es utilizado como una forma de hablar del escapismo. De un hombre alienado por la timidez que encuentra en esta forma de expresión un escape a su vida rutinaria, para al final recibir un golpe de realidad y entender que el insulto no era el escape, sino el impulsor para ser quien verdaderamente es. Siendo esto reflejado en la historia de amor que sostiene con una enfermera, que como si de su profesión se tratara, es la ayuda de un hombre solitario que solo puede ser curado con la idea de un posible amor, ya sea a ella, a su amigo Sixto o al arte de la broma telefónica. En resumidas cuentas, una película graciosa, noble y con mucho corazón. Si no estás de acuerdo con esta opinión “¡Agarramela con la mano, fanfarrón!”.


Trenque Lauquen (Dir. Laura Citarella)

8. Trenque Lauquen (Dir. Laura Citarella)

Cuatro horas y media de duración, un intervalo que divide la cinta en dos partes y la convierte en dos películas totalmente diferentes (aunque manteniendo su hilo inicial) y un ritmo lento, que se toma su tiempo. Y aun así, Trenque Lauquen es una de esas cintas a las que uno quiere volver ni bien sale de la sala de cine, al transmitir una magia y grandeza que solo el buen cine se puede permitir. Una épica en todo el sentido de la palabra, no tanto porque sus hechos tengan una magnitud excesiva, sino por el utilizar su narrativa de una forma ingeniosa, sin caer en ningún tipo de trampa necesaria. Citarella vuelve sobre los pasos de Ostende y si en ella veíamos una historia acerca del valor del mirar, acá vemos la participación directa en un misterio y el desarrollo de una historia que la va escribiendo tanto su protagonista como el mismo espectador.

Como dijeron ya varios, es una odisea acerca del valor y la tradición de narrar una historia. Cartas eróticas de los ’60, el misterio detrás de una criatura, la desaparición de una chica o el reconstruir una historia, no importa el destino ni el viaje, si no el dónde estamos parados. Trenque Lauquen podría ser el mejor ejemplo de esa frase tan trillada de “se siente como leer un libro”, ya que además de hablarnos de las narrativas que podemos crear y de lo importante de mantenerlas vivas, Citarella lleva al espectador por todos los lados que quiera, como si de un laberinto se tratase. Desde el misterio, las conspiraciones, el romance y hasta lo cotidiano, para que al final este lo adopte no solo sienta eso natural, sino que también se enganche con esas ideas y se muera por saber lo que va a suceder a continuación. Básicamente, lo que la buena y clásica literatura provoca en uno.


Evil Dead: El Despertar (Dir. Lee Cronin)

7. Evil Dead: El Despertar (Dir. Lee Cronin)

No importa si es la trilogía original excelsa que dirigió Sam Raimi, el remake que hizo nuestro compatriota Fede Álvarez o esta reversión hecha por Lee Cronin: Evil Dead (de la que escribió el amigo Zas hace unos meses) se mantiene como la mejor saga de la historia del terror y esta úlitma, El Despertar, no hace más que confirmar eso. Esta vez se pasa de una cabaña en el bosque a un edificio de apartamentos (cambio reflejado en su primer plano, el clásico POV de la saga que, en vez de venir de un demonio, lo hace a partir de un dron) y llevando la infección clásica de la maldad a nuevos niveles, tanto de terror como de imaginería visceral. Ya sea desde el gran despliegue de recursos cinematográficos que logran encapsular de forma violenta a esta pesadilla o el gore que va in crescendo hasta la clásica lluvia de sangre de la saga, la cual otra vez logra encontrar su evolución.

Si se tratara de buscar una forma de distanciar a El Despertar de las películas anteriores (Raimi, el fue el que inició todo, y Álvarez el que lo llevó al terreno más terrorífico posible) Cronin aprovecha para no solo rendirle un gran homenaje a Evil Dead, sino también a varios grandes del cine de terror en general. Desde su punto de partida y desarrollo de las situaciones similares al de las cintas del legendario Wes Craven, el homenaje al ascensor de El Resplandor o esa persecución final con un monstruo primo hermano de La Cosa de John Carpenter. Pero que también, no se olvida de sus orígenes y que cuando le llega la hora de entregarle el bastón de mariscal a nuestra nueva protagonista (en forma de motosierra y escopeta), lo usa con el mayor de los honores (y horrores) posible.


Llaman a la Puerta (Dir. M. Night Shyamalan)

6. Llaman a la Puerta (Dir. M. Night Shyamalan)

Un año en el que se confirma un nuevo estreno del director que mejor entendió al cine fantástico y al ser humano, obviamente no puede ser un mal año (o por lo menos uno no tan horrendo) y como siempre, el indio más grande no decepcionó. Llaman a la Puerta sigue la estela de las últimas películas de Shyamalan, donde los espacios no solo empiezan a ser cada vez más y más cerrados, sino que también sus ideas y visión del mundo empiezan a quedar más expuestas, pero no para caer en el subrayado barato, sino para desarmar sus clásicos tropos y llegar a una nueva audiencia. Ya lo había hecho en Viejos, donde la sociedad secreta de sus anteriores películas quedaban bien expuestas. Y lo que hace acá es releer a Señales y a su componente más importante: la fe.

Cambiando los extraterrestres de aquella película por un ambiente igual al de El Fin de los Tiempos, pero más cerrado, Shyamalan construye a través de esas cuatro paredes un relato del creer o reventar. Dilema no solo prestado a la tensión y suspenso que tan bien maneja el cineasta, sino que también para desarrollar una historia acerca de las creencias y de la fe misma, que sirve como una especie de salvadora de nuestros protagonistas. Ya que no es hasta que se alcanza la máxima creencia que es cuando pueden salvar a la humanidad y también se deja ver el momento dramático más importante. Se puede decir que los protagonistas del cine de Shyamalan en general logran sobrevivir porque creen más que el resto, pero yo lo cambiaría por un “Sobreviven porque ven más allá que el resto». ¿Y qué acto más divino hay que el de mirar más allá de la fe? Mirar más allá del cine. Además, si esta lectura se quiere -de forma impostada- pasar por alto, queda un ejercicio de suspenso formidable, filmado y narrado por un verdadero ser divino.


John Wick 4 (Dir. Chad Stahelski)

5. John Wick 4 (Dir. Chad Stahelski)

A muchos les sorprenderá que si les hablo de una película que consiste en la venganza de un asesino a sueldo, que viaja por varios lugares del mundo para enfrentarse a los mandamases de una organización y que en el medio se hablan de temas como la pérdida de la humanidad ante el acto de matar o la lucha contra un sistema invisible, que no esté hablando de El Asesino de Fincher y sí de lo que se podría llamar “un producto vacío del capitalismo”: la 4 de John Wick. Pero eso que a priori parece demeritorio, solo hace que los logros conseguidos por John Wick 4 sean mucho más que sólo méritos. Más cuando es la cuarta entrega de una saga, que si bien sus anteriores películas estaban bien, su tercera parte podría anticipar con su final un posible agotamiento de “La fórmula John Wick”. Fórmula que está aquí, reaplicada de forma perfecta.

John Wick 4 al ser el cierre de un personaje protagonista de la saga que marcó el estilo de la acción moderna, tenía que estar a la altura de eso. Y lo que entrega justamente es la odisea máxima de la acción moderna. Tiros, peleas y persecuciones filmadas de todas las formas con todas las técnicas posibles más una historia que repasa el camino ya trazado y reflexiona sobre el mismo. Desde sí, la lucha contra un sistema invisible es posible, o si John Wick, cuál mito de Sísifo, nunca podrá obtener la libertad y su tarea seguirá siendo matar, matar y matar. Estas preguntas obtienen respuesta en una película que también recorre el cine de acción mismo. Desde el cine de samuráis hasta las cintas de John Woo de la cual la saga es deudora. Todo para desembocar en un clímax que relee al western más puro y que, con el último disparo de John, nos dice que si se siguen respetando las tradiciones, el cine de acción podrá estar a salvo.


Indiana Jones y el Dial del Destino (Dir. James Mangold)

4. Indiana Jones y el Dial del Destino (Dir. James Mangold)

Si bien la “despedida” que le dio Steven Spielberg en El Reino de la Calavera de Cristal fue más que digna, el hombre del sombrero aún no había dado su último aliento. Si había un cineasta capaz de dárselo era James Mangold, que no solo es de los mejores directores trabajando en el mainstream hoy, sino uno muy bueno también a la hora de entender este tipo de personajes crepusculares y darles una última batalla en los tiempos que se les vienen. Es por eso que lo primero que puede chocar de El Dial del Destino es su notoria diferencia en cuanto a la tetralogía de Spielberg. Sí, Indiana está con nosotros y seguirá siendo el mejor en leer la historia de lo sagrado frente al enemigo de turno (comúnmente nazis que mueren al no entender lo que hay detrás de la primera historia), pero la forma en que Indy vive esta aventura es lo que la hace especial.

Ya no existe la fantasía Spielbergiana (reflejada en esa gran secuencia inicial), ahora solo queda un viejo vaquero en una sociedad que ya no lo necesita y que conseguirá ganar la carrera espacial con la ayuda de quienes antes intentaron destruirla. Esta crudeza no sólo es reflejada en varios simbolismos que deja la película, sino también en las secuencias de acción, mucho más rudas y no tan emocionantes, para así marcar un cambio de tiempo innegable. Al final, El Dial del Destino logra ser más que una nueva película de Indiana Jones, una nueva película de James Mangold. Ya que logra demostrar de lo que es capaz su autor en el ámbito que mejor se le da y que, a diferencia de sus dos films anteriores, decide darle un final más esperanzador a su protagonista. Pero en vez de ser un acto de cobardía, sigue la tradición que Spielberg nos dejó en La Calavera: Los rangos se respetan, siempre.


Misántropo (Dir. Damián Szifron)

3. Misántropo (Dir. Damián Szifron)

¿Hay algo más terrorífico que un monstruo al cual el sistema que nos debería defender no puede detener? Sí, que ese monstruo haya sido creado por ese mismo sistema que supuestamente tendría que velar por nuestra seguridad. Como todo buen cineasta, Szifron fue evolucionando, no solo en su forma de filmar -en lo que ya es un prodigio a esta altura- sino también en temática. Las historias de Szifron siempre se trataron de hombres buscando justicia y que se enfrentan simbólicamente a los sistemas que deberían ofrecerla. Desde Los Simuladores siendo el grupo de justicia paralela/verdadera hasta Relatos Salvajes, donde el sistema ha fallado tan miserablemente que ahora queda en manos del hombre el resolver sus problemas. Todo esto desemboca en Misántropo que se resume básicamente en el planteamiento del inicio.

Misántropo toma un género tan clásico como el thriller norteamericano y aprovecha las estructuras del mismo para hacer una crítica al mismo sistema de justicia de la que estos thrillers parten en su mayoría. Desde la culpa que tienen de crear monstruos así o las injusticias que se cometen en el mismo. Pero quedarse solo en eso sería ser ese mismo sistema -que se queda buscando adjetivos- y no entender lo que es sencillamente un asesino en masa. En sintonía con varias ideas Faretteanas, Misántropo es también una obra acerca del valor del mirar, de tratar de leer entre líneas y connotar algo más allá de la simplicidad, cosa que hace que su protagonista Eleanorpueda salir adelante y al final, pueda atrapar al asesino. Quizás ese acto de no quedarse solo con lo denotado fue lo que hizo que fuera tan mal recibida en Estados Unidos, ya que como siempre, los medios prefirieron buscar adjetivos genéricos para sus críticas, en vez de ponerse a pensar sobre la película, que es uno de los mejores thrillers de los últimos años.


Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte Uno (Dir. Christopher McQuarrie)

2. Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte Uno (Dir. Christopher McQuarrie)

La nueva entrega de Misión Imposible se empezó a escribir a inicios de 2019 y se estrenó el 12 de julio del 2023, un día antes de la huelga de actores que marcó este año (a la par que la de los guionistas). Una huelga que entre varios de los motivos por los que protestaba era por el uso de la IA, IA que también aparece en Sentencia Mortal P1 como una desestabilizadora de lo sagrado y de todo lo que conocemos. Esto es importante, ya que una vez más demuestra que la saga del gigantesco Tom Cruise no es que entiende nuestros días, estuvo adelantada a ellos. Un mal supremo, un montón de organizaciones que en vez de detenerlo quieren dominarlo y un héroe con los conceptos bien claros y qué evitará en el nombre del bien común, que eso llegue a suceder.

Si John Wick 4 era la odisea de la acción moderna, Sentencia Mortal P1 es la odisea de la acción clásica, tanto por sus secuencias que van viajando entre distintos subgéneros clásicos del cine hasta su defensa de los valores más clásicos, en los cuales se encuentran la divinidad y la figura del héroe. Figura que siempre trató la saga y que refleja en el personaje de Ethan Hunt, que a pesar de ya haber alcanzado cualidades místicas en Repercusión, acá por momentos es casi el mismísimo Jesucristo, cargador de la cruz y sacrificio de toda la humanidad en el pos del bien y el deber sagrado. Todo esto mientras que a su vez Tom Cruise se convierte también en el Jesucristo que el cine necesita, junto a su San Pedro, Christopher McQuarrie. Capaces de entregar secuencias tan bien filmadas, escritas y montadas que si no se convierten en el estándar de un cine tan reciente como pasado, será nuestro error más grande después de crear algo como La Entidad. Aunque quizás, ¿quién no dice que ese lugar llegará con la tan ansiada segunda parte? Solo el tiempo lo dirá.


Los Asesinos de la Luna (Dir. Martin Scorsese)
  1. Los Asesinos de la Luna (Dir. Martin Scorsese)

Y sí, tenía que ser él. La mejor película del año no sólo podía estar hecha por una persona que es la concepción del cine mismo, sino que también demuestra que a sus 81 años está en mejor forma que nunca y que las ganas de seguir narrando van a estar hasta su último día. Desgarradora y cruda, como solo una película de este estilo podría serlo, Los Asesinos de la Luna es una película que crea un grito, uno de justicia, de los horrores del pasado, para nunca olvidarlos. Grito que se puede encontrar en todo momento, ya sea en ver a los personajes de DiCaprio y De Niro charlando con total impunidad, o en sus asesinatos, tan crudos -sin mostrar mucho- y tan asquerosos pero, no por morbo, sino por representar en primera persona al mal actuando a sus anchas.

Podría quedarme charlando de lo genial que es esta película, pero eso ya lo hice aquí. Hoy por hoy, habiéndola revisionado en una pantalla grande, no coincido con mucho de la nota. No porque esté mal, sigo coincidiendo con lo escrito y la revisión me ayudó a confirmarlo, pero a su vez me di tantas cosas que se me pasaron por alto, desde los gestos actorales, la forma de filmar los asesinatos y las traiciones o los nuevos significados que puede adquirir una escena tan simple como la de los Osage sacandose fotos. Al final, eso es lo que una obra maestra evoca en uno, por ende, lo que el cine evoca en uno. Una pasión y un embobamiento que ningún otro arte te puede dar, que madura con el tiempo.


Menciones especiales:

One Day as a Lion & Little Dixie (Dir. John Swab)

BlackBerry (Dir. Matt Johnson)

Viernes Negro (Dir. Eli Roth)

Los Delincuentes (Dir. Rodrigo Moreno)

No Voy a Pedirle a Nadie que me Crea (Dir. Fernando Frías de la Parra)

Master Gardener (Dir. Paul Schrader)

Cuando Acecha la Maldad (Dir. Demian Rugna)

El Asesino (Dir. David Fincher)

Hazme el Favor (Dir. Gene Stupnitsky)

Decepciones:

Asteroid City (Dir. Wes Anderson)

Napoleón (Dir. Ridley Scott)

Barbie (Dir. Greta Gerwig)

Tenemos un Fantasma (Dir. Christopher Landon)

The Caine Mutiny Court-Martial (Dir. William Friedkin)

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