ENTREVISTA A ROBERTO BLATT, DIRECTOR DEL ICAU

"Este gobierno está comprometido de manera clara con el desarrollo del sector"

roberto blatt
Roberto Blatt (foto: Tali Kimelman - http://talikimelman.com)

¿Cómo describirías la función de la dirección y sus áreas de trabajo?

Es una pregunta muy amplia. Mi objetivo es reforzar y ampliar la industria y el horizonte de la cinematografía y audiovisual uruguayo, internacionalizando. Ese es mi objetivo principal sobre todo considerando la experiencia que traigo precisamente de fuera del país. Este es el objetivo principal. Para eso hay dos líneas que coinciden con el plan Programa Uruguay Audiovisual (PUA), que estamos negociando renovar este año junto a la Asociación de Productores del Uruguay (ASOPROD). Se trata de facilitar la co-producción internacional de proyectos uruguayos, por un lado, y de atraer inversiones para realizar rodajes y producir producto visual en Uruguay con capital extranjero. Esas son las dos líneas con las cuales pretende reforzar la estrategia.

 

¿Cómo encontraste concretamente a la oficina?

Cuidado, tenemos que tomar en cuenta que estamos en un momento de excepcionalidad, estoy dirigiendo todo desde la distancia y tengo un equipo en transición, pero estoy muy contento por el entusiasmo y por la buena acogida de mis colaboradores y estamos trabajando de manera fluida. Ya hemos lanzado un par de operaciones importantes: una fue juntar a ASOPROD y ANTEL para hacer un espacio dentro de la plataforma digital VERA+, gratuito durante la crisis. Eso lo conseguimos. Hemos conseguido una participación muy importante en el Marche du Films de Cannes, que será a través de internet, por la imposibilidad de hacerlo de forma presencial, por lo que hemos duplicado la participación de productoras y cineastas uruguayos: esa es una segunda operación. Estamos coordinando con la mesa de internacionalización la política general, de cómo retomamos la política conjunta. Vamos a empezar a ver también qué hacemos a nivel regional con la plataforma Retina Latina y otras. Y a ver cómo podemos ayudar también para paliar el problema de las salas de cine que no pueden ofrecer sus servicios como lo hacían de forma tradicional. Hay un último punto que estamos desarrollando con buena interacción dentro del equipo, que es proponer nuevos formato de distribución para que se puedan producir sin los grandes rodaje que por el momento están paralizados. Y aprovechar el parón y la gran distribución digital para ver si podemos desarrollar contenidos nuevos y creativos. Lo maravilloso que hemos encontrado, además de tener un buen equipo, es que contamos con una extraordinaria generación de artistas, de cineastas, de técnicos. Es una gran oportunidad y ahí tenemos que generar tanto el mercado interno como el externo, para sacarle todo el provecho.

 

Se logró algo que era un misterio por qué no se hacía, lo de empezar a ver películas uruguayas en la plataforma de ANTEL. Sería fantástico que no sea sólo por motivo del coronavirus sino que pueda proyectarse en el tiempo…

Es nuestra intención, efectivamente. Estamos encontrando del lado de ANTEL una disposición muy positiva y por lo tanto no quiero hablar del pasado, que yo no conozco, pero creo que este nuevo punto de partida genera muchos optimismo.

A cosas que son muy difíciles de realizar dentro de normalidad, la situación de emergencia les cambia la perspectiva y cambia el ángulo. Ahora surge la necesidad imperiosa, desesperada casi, de generar un espacio de distribución, en un momento donde la distribución tradicional está como mínimo bloqueada, hace que la gente sea muchísimo más flexible. En cierto sentido el éxito con ANTEL se debe en gran parte a la situación y no sólo al mérito indudable de los que hemos participado en el acuerdo.

 

¿Qué mojones y qué logros pudiste reconocer o crees que fueron importantes en los doce años de vida que tiene el ICAU?

No lo conozco en detalle pero sí lo conozco un poco porque me presté a colaborar como jurado. Fui invitado como jurado para los Fondos de Fomento. Desde la distancia estuve a disposición de las diferentes instancias promotoras del cine y de la televisión uruguaya y por lo tanto he visto que efectivamente había un esfuerzo y un crecimiento. Por lo tanto, yo presto mi inmenso respeto por todo lo que se ha hecho. Todo lo que puedo decir es positivo. No conozco en detalle. A veces hay un debate que tiene mucho que ver con lo partidista. En mi caso, vengo de afuera y lo que me interesa es el interés de la industria y del arte audiovisual. No cabe ninguna duda que se ha hecho un trabajo histórico, que reconozco, y en el que he participado, aunque sea de forma marginal.

 

Si no me equivoco trabajaste principalmente en la producción de contenidos televisivos, ¿puede ser?

Fui más productor de documental y programador, pero hice cosas distintas. En tema de programación diseñé canales tanto de documental como de ficción. He negociado tanto con distribuidoras tanto de documentales televisivos como de cine y de grandes estudios americanos, mi experiencia es bastante amplia. Era productor de contenidos de una empresa que era productora de canales temáticos y por tanto fui responsable del contenido de 23 canales diferentes que incluían todo tipo de géneros de cine, canal de cocina, de música, de bricolage. Digamos que tengo una visión bastante de conjunto del tema. Más en televisión que para cine propiamente dicho, pero sin embargo conozco el mundo del cine porque ese mundo también existía con sus propios canales dentro del bouquet de canales que yo dirigía.

 

Claro, como una de esas ventanas que tiene la etapa de distribución de cine.

Exactamente. También colaboré como script doctor con varios proyectos de ficción. De hecho estaba justo ahora desarrollando un proyecto de ficción para un cineasta hispano-uruguayo, que quedó ahora frustrado por el hecho mismo de haber aceptado este desafío. Por lo tanto de forma menos comprometida también estaba involucrado en el trabajo de producción y diseño de largometrajes.

 

Desde esa experiencia en la programación y desde la interacción con esa diversidad de producciones en el ámbito audiovisual, ¿qué aprendizajes crees que te van a ser útiles o qué son valiosos para la construcción aquí?

Lo fundamental es reconocer las ventajas competitivas que tenemos. Tenemos granes desventajas: carecemos de un gran mercado propio. Pero sin embargo lo que sí tenemos es una capacidad extraordinaria para generar talento, que es una la razones por las cuales Uruguay no sólo en época de crisis y no sólo en época de represión política, sino en general, a lo largo de su historia, pudo ser un exportador de talento. Eso es cierto para el fútbol, es cierto para literatura y es cierto para el cine y es cierto para prácticamente todas las actividades. Uruguay genera muchísimo talento. El gran desafío es encontrar una manera de mantener el talento aquí. No de tener a la gente prisionera o encadenada, pero sí de que desde aquí se pueda producir un producto suficientemente atractivo como para distribuirlo tanto local como internacionalmente. Ese es mi gran desafío. Esta primera etapa con ANTEL es importante para llegar a todos los rincones del mercado nacional, que en algunos casos tiene un conocimiento muy incompleto e incluso unos juicios injustos sobre la calidad de cine uruguayo. El cine uruguayo es excelente, variado y se mejora continuamente, hay un bagaje extraordinario e histórico, de las últimas décadas. Y tenemos a la mayor parte de nuestros grandes creadores vivos, algunos maduros, otros jóvenes, otros jovencísimos. Es un buen momento para convencer a los uruguayos de ese recurso que tenemos y a partir de ahí volcarlo hacia fuera.

 

Me figura que participaste en la producción de El Almanaque (2012)

Sí, señor. Fui el co-productor más importante de ese documental de José Pedro Charlo: una joyita que hizo. También co-produje con Gabriel Szollosy el documental El Destello (2011). Busqué por todos los medios e incluso a la distancia y desde mi posición en el extranjero de ayudar, de cualquier manera posible, a aquellos productos uruguayos que lo merecían. Lástima que no puede apoyar a muchos más, porque hubo proyectos absolutamente extraordinarios. También como Jurado o como Comissioning Editor (que fui durante muchísimos años en grandes encuentros de pitch, donde se proponían nuevos proyectos, sobre todos documentales) a lo largo de Europa y también en Estados Unidos, más de una vez pude asesorar proyectos uruguayos. En algún que otro caso incluso conseguirles un premio, como fue el caso de Avant (2014) y muchos otros. Por lo tanto, aunque a la distancia siempre pude, por suerte, mantener algún tipo de relación familiar con la producción y con la creación uruguaya.

 

¿Cuál es el ambiente o el clima nacional para la producción?

Lo encuentro favorable y además, sin que esto represente una crítica a los gobiernos anteriores, me consta que este gobierno está comprometido de manera clara con el desarrollo del sector, tanto por su interés cultural e identitario como por su interés industrial y laboral. Una de las características especiales del maravilloso mundo de la cultura que está coordinando Mariana Wainstein, que es la Secretaria de Cultura, la particularidad del cine, es que es además una industria. Y es una industria que tienen potencial de exportación indudable. Lo tiene como cine, lo tiene como publicidad, lo tiene incluso por cuestión de prestigio en festivales de calidad. Por lo tanto, esto se ha comprendido por parte de presidencia y del gabinete de este gobierno. Estamos sintiendo ese apoyo y esperemos explotarlo de la mejor manera posible. Es decir, por un lado para hacer crecer la industria, y por otro para mejorar la marca Uruguay, que ese es el interés principal de nuestro ministerio. Es decir, el beneficio directo del ICAU, de la Secretaría de Cultura y del Ministerio de Educación y Cultura, es la profundización y la expansión cualitativa y cuantitativa de la marca Uruguay.

 

Me mencionaste a la continuidad del PUA ¿Qué tipo de política y qué otras políticas crees que son necesarias para sacar adelante estas ideas que me estás planteando?

El proyecto PUA en su fundamento contempla esta estrategia. Lo que tenemos claro tanto los productores, directores, artistas y nosotros desde ICAU es que todo esto hay que ampliarlo mucho más. Ha habido un proyecto piloto, ahora hay que convertirlo en una máquina mucho más poderosa, mucho más ambiciosa, y en eso estamos. Precisamente en este momento, estamos debatiendo y desarrollando propuestas que además trascienden el Ministerio de Educación y Cultura. No puedo ser más específico que eso.

 

De hecho PUA estaba ya vinculado con Uruguay XXI que sería Presidencia, el Ministerio de Industria Energía y Minería (MIEM), entre otros.

Claro, tal cual. Confirmo que estamos desarrollando estas ideas con estas instituciones.

 

¿Cuáles serían las políticas o cosas nuevas que se estarían pensando?

Es que estamos proponiendo, estamos en pleno diálogo. Hemos tenido una reunión hace un par de días, que fue excelente. El intercambio fue muy rico y muy abierto y sin formalismos innecesarios. Tenemos previstas varias reuniones, de inmediato, para tomar decisiones rápidas. Estamos en pleno debate, en plena valoración de ideas que vienen de un lado y del otro.

 

Me hablaste de que van a haber más acreditaciones para el Marche du Film de Cannes, ¿hay alguna otra cosa que la participación de este año de Uruguay tenga de diferencia con las otras participaciones que tuvo la Uruguay Film Comission en ese mercado?

Me alegro que lo hayas planteado. No estamos inventando nada. La crisis generó una oportunidad. Es un problema para un pequeño país como Uruguay marcar una diferencia y tener un atractivo importante dentro de un mercado masivo presencial, dónde estás compitiendo con unos stands gigantescos de los grandes nombres, de las grandes productoras, grandes distribuidoras. Conozco el mercado porque fui durante más de 20 años y la gente pasa delante, se llega con una agenda planeada y tenés poco tiempo para eventos adicionales que te encontrás en los pasillos. La ventaja que tenemos ahora, con el Marche du Film digitalizado, es que como no te estás paseando y más que establecer citas lo que hacés es entrar a una base de datos, donde vas a buscar por filtros y por el tipo de contenido que te interesa: el género, el contenido, la edad y demás. Entonces el hecho de tener una participación importante uruguaya, que además es variada y competitiva, hace que la gente incluso sin buscar al Uruguay, se encuentre con una empresa y pueda generar encuentros digitales que eventualmente luego pueden desarrollarse en negociaciones.

Esa es la ventaja. Curiosamente, paradójicamente, esa es la ventaja. Lo que nos propuso el Marché es de que podamos hacer cinco pitchs digitales, que viene a sustituir a las presentaciones presenciales, y tres acreditaciones adicionales. Hemos conseguido ocho acreditaciones adicionales porque tanto como los pitchs son muy importantes, me interesa que estén estas ocho empresas adicionales uruguayas en esta base de datos, ofreciendo sus alternativas y sus particularidades, a una clientela potencial mundial. Tenemos grandes expectativas puestas en esto, ojalá no nos equivoquemos. Entonces son condiciones económicas mejores, porque no tenemos que desplazarnos, lo que es una reducción inmensa en gasto. Y con mucho menos gasto creo que vamos a conseguir un impacto mayor.

 

¿Es la primera vez que funciona a través de una base de datos de ese tipo?

Es la primera vez. Hasta ahora, para serte completamente honesto e informal, además de las citas previas que se establecían en estos mercados tanto el Marché du Film de Cannes como en otros, además de las citas lo decisivo eran los encuentros en los cócteles, en las copas, en la cenas y esas conexiones personales que se iban gestando de forma presencial. Todo eso efectivamente no se puede reproducir en esta alternativa, pero estas otras cosas que se pueden conseguir, te permiten, con más tiempo, fijarte en qué es lo que necesitas y utilizando la herramienta digital, con los filtros correctos, encontrar exactamente lo que estás buscando y establecer luego las citas correspondientes

 

¿Y cómo se otorgan esas ocho acreditaciones?

Las cinco del pitch se están decidiendo desde la mesa de internacionalización, integrada por todos los involucrados. Ahí se ha hecho una selección de las productoras que se presentaron para presentar sus productos para el pitch, se eligieron cinco. Ahora vamos a ver cómo realizamos la selección del resto de los participantes que van a recibir acreditación gratuita. Contamos, porque eso fue el acuerdo que se encontró en la mesa de internacionalización hace una semana, contamos con que las tres que no están incluidos en el pitchs digitales, van a tener automáticamente acceso a través de acreditación gratuita y ya veremos la mejor forma de seleccionar las cinco adicionales.

 

Una preocupación que me genera el foco en la internacionalización y la generación de producto exportable, es que a veces deja un poco olvidado lo local. Vos me nombraste lo local y mencionaste el hecho de ir más allá de la crisis sanitaria, y de poder dinamizar y poner en circulación las películas. Pero hay una realidad y vos me la mencionaste, que es la relación difícil del cine uruguayo con el público local. A veces los esfuerzos individuales de cada producción llegan muy cansados a la distribución y se siente la falta de una política que integre o que acerque de alguna manera esa diversidad que es la producción cinematográfica nacional al espectador de cine uruguayo, superando ciertos prejuicios que a veces se depositan en la producción de cine uruguayo. ¿Qué ideas se te ocurren tirando al voleo o de cosas que hayas visto en otros lados? ¿Qué mecanismos y qué estrategias se te ocurre que se pueden aplicar en los próximos cinco años para achicar esa brecha?

Bueno, aquí yo te tengo que decir que me estás empujando a que yo dé una opinión general sobre nosotros los uruguayos. Porque vos decís que el problema, digamos, del encuentro imperfecto entre nuestro público y nuestro cine se debe a poco esfuerzo. De hecho, desde el lado de los realizadores. Yo te digo que tiene mucho que ver pero-

 

No, pero-

Consideró que los que han visto cine uruguayo, los que lo han visto, no van a poder decir eso. Que digan eso de El baño del Papa, de Alelí o de Mister Kaplan, de que es cine aburrido. ¿Qué querés que te diga? Yo estoy convencido que mucha gente que dice eso es el mismo tipo de uruguayo onettiano que se tira abajo. La autoflagelación uruguaya es conocida. Entonces, en parte yo creo que deberíamos hacer un llamado al público uruguayo a que se tome más en serio nuestro arte, nuestra creación. Muchas veces ni siquiera nos hemos tomado en serio nuestro fútbol, que es que es un milagro mundial. Tenemos 400 jugadores en Primera División del mundo y sin embargo seguimos llorando lo mal que estamos.

 

Lo que quise decir con respecto a los productores, lo dije en base a tres años de trabajo en distribución de cine a nivel local y específicamente de películas uruguayas. Era claro y lógico cierto cansancio, y sobre todo porque los recursos para esa etapa no son más que los fondos que cuenta el Fondo de Fomento para distribución, que a la hora de salir a competir con las otras películas que están en el circuito comercial, son fondos más bien irrisorios.

Eso es cierto.

 

Es prácticamente imposible colocar una película en el mercado de la exhibición de películas comercial con la energía y los recursos con que las producciones llegan a la etapa de distribución.

Tenés razón, esas circunstancias son ciertas. Yo me alegro de haber dicho igual, de haber hablado sobre nuestro onettianismo, además adoro a Onetti. Pero tenemos un lado autoflagelador, quizá un poco diferente a nuestros vecinos. Pero también es cierto lo que decís. Tenemos un mercado muy pequeñito, hay unas dificultades muy grandes de distribución, hay unos grandes estudios que imponen condiciones, hay unas necesidades comerciales que tiene las salas. Todo eso es verdad. Todo esto está cambiando también: está cambiando con las nuevas plataformas, está cambiando con la digitalización y está cambiando también porque el cine uruguayo es cada vez más competitivo, es sí mismo. Está pasando con el cine uruguayo lo que ha pasado en los últimos años con el cine español. Nadie pensaba hace diez años que podía existir un fenómeno como el de  La Casa de Papel. Nadie podía imaginar que podía surgir y triunfar de la manera que ha triunfado a nivel mundial. Porque se decían los mismos argumentos, en España, que se están utilizando aquí, con razón. No es que los argumentos que estás manejando no sean ciertos. Han habido grandes problemas de distribución, de apoyo, de promoción y porque, entre otras cosas, efectivamente contamos con muchos menos recursos, también promocionales y de marketing, que aquel producto que se distribuye ya de salida para el mundo entero. Esa es otra de las razones por las cuales quiero reforzar el músculo internacional de la creación uruguaya. Para que eso, en principio, empiece a interesar no solamente a nuestros distribuidores, sino que a un público muchísimo más amplio y, por lo tanto, atraiga el interés de aquellos que sí tienen la capacidad de imponer una distribución. No sé si me explico. Esto no es un proceso que lo vamos a resolver en una semana ni en un año. Pero igual esta crisis nos va a permitir avanzar mucho en ello, porque en el mundo digital no nos para nadie. No nos puede parar nadie. En el mundo digital somos todos igual de altos o bajos.

 Es verdad que hay carteleras, hay webs, que son mucho más potentes que otras, pero empiezan a haber una opción en la cual uno puede generar un espacio importante, local, regional, incluso continental, que pueda competir, que pueda ofrecerse como complemento a otras ofertas, hasta el punto que esas otras ofertas se interesen por nuestro producto.

Empiezan a haber, por ejemplo, tanto en Amazon como en Netflix, interés por creaciones y producciones uruguayas. Como ya hace años que existe interés en la capacidad de diseño, producción y exportación de publicidad uruguaya. Quiere decir que todo esto es un proceso. Estamos en pleno proceso de crecimiento y maduración y ahora hay que aportar los recursos suficientes como para que esto pueda convertirse en algo… ¿sabes qué? ¿Por qué no?: tan potente como el fútbol.

 

Para que el fútbol logre posicionarse donde se posicionó o se re-posicionó en los últimos 10-15 años fue necesario una estricta política estatal que lo que hizo fue promocionar el fútbol, generar el famoso «proceso»…

La única diferencia que queremos conseguir todos, mi equipo y la gente con la que estamos trabajando fuera del ICAU, a diferencia del fútbol -que tiene que exportar sus estrellas para sobrevivir- es exportar el producto y guardar el talento.

 

Vuelvo sobre la pregunta que te había hecho, que quizás no tuvo del todo bien formulada, pero es la necesidad que hay exclusivamente a nivel local de herramientas o de políticas que permitan propiciar la llegada del cine uruguayo al mercado local. Sin que la única vía sea, digamos, dar la vuelta al mundo antes…

Entendí la pregunta, la entendí perfectamente. Estoy de acuerdo contigo. Creo que nuestra primer prueba no es el extranjero. La primera prueba de que somos capaces de ser competitivos es frente a nuestro propio público. Si nuestro público es suficiente o no para convertir en rentable al audiovisual, no lo sabemos ni vos ni yo todavía. Ojalá que sí. Dudo que sea así, pero no cabe ninguna duda de que el primer filtro que tenemos que superar es el de nuestro propio público. ¿Por qué? Porque tenemos un público muy bien formado. Tenemos un público mayoritariamente de clase media, formado, culto o curioso, con sentido crítico. Por lo tanto, conquistar a nuestro público, es una tarea absolutamente necesaria y es una tarea que está sin terminar. Sí, es cierto. No lo hemos hecho del todo bien hasta ahora. Sin embargo, creo que la producción ha sido mejor que el resultado, que la respuesta del público. No estoy acusando al público de nada y posiblemente nosotros tengamos ya de salida ese aire entre bohemio y de garra charrúa que, aunque a veces es arrogancia escondida, nadie queda bien si trata de destacar demasiado. Yo creo que tendríamos que haber sido y vamos a ser más agresivos para que el público uruguayo pueda juzgar libremente, pero con conocimiento de causa. Sobre en qué medida el cine uruguayo lo representa o no. Sin duda.

 

¿Qué estrategias existen o has visto aplicar en otros países para lograr eso?

Para esto no hay medidas mágicas. En su momento se habló mucho de la política del antiguo ministro de cultura francés, Jack Lang, que durante unos años generó un boom de cine francés que no vendía en ningún lugar del mundo. Es decir, el cine francés era un cine masivamente subvencionado que no triunfaba ni local ni internacionalmente, pero sobrevivía con sus subvenciones. Esa es una manera de promocionar el cine, pero no es la mía. No porque yo esté en contra de subvenciones, que no lo estoy. Mejor funcionó una política en los años ’90 que se aplicó en España, donde se daban ayudas y subvenciones y se eliminaban deudas por éxito, por éxito de taquilla y de crítica, o de taquilla, o crítica. Es decir, establecer una serie de criterios. Lo que tenemos que hacer es incentivar a nuestros creadores a que hagan un producto de calidad. No significa solamente que sea comercial, para nada. Yo vengo del mundo documental, que es un mundo humilde, que sabe que ahí no se hace plata. Ahí se sobrevive con muchísimo gusto y con una satisfacción extraordinaria, porque se consigue formular cosas importantes y muchas veces de una forma estética extraordinaria, pero sin tener grandes compensaciones económicas. Pero no importa, un cine documental que llegue, que tenga interés televisivo, que tenga interés para festivales, que se enfrente y debata y le dé voz a temas y a dilemas importantes sociales, históricos, culturales, artísticos. Todo eso tiene que tomarse en cuenta.

Entonces, por supuesto que de lo que se trata es de incentivar un audiovisual de calidad y calidad, entendido no sólo con lo comercial, por supuesto que no. Ya mencioné antes que hay un elemento de expresión, de identidad. Muchas de las películas uruguayas que más éxito tuvieron son películas típicamente uruguayas y, sin embargo, han sido vistas con muchísimo interés en el extranjero, sin renunciar en nada al sabor local y al contexto local de las narrativas que contaban. Por supuesto que el Estado y nuestro Ministerio tiene que estar presente en dar los incentivos suficientes como para que nuestras empresas, nuestros artistas y nuestros técnicos se atrevan a sacar lo mejor de sí mismos. Esa es la política. No hay ninguna otra política que ayude al audiovisual que no sea la que incentive la calidad.

 

En algún momento acá con algunos colegas discutimos la idea de que en Uruguay, con el surgimiento del Instituto, aparecía una necesidad de un cine «under». El gran peligro que puede tener velar por la calidad a veces es que esa calidad parecería tener que ser juzgada por alguien y en eso caer en un sesgo. ¿Qué papel crees que juega para las cinematografías en general o para la cinematografía uruguaya en particular, el cine más under, independiente, más anti-?

Que sea bueno, que sea bueno, que sea bueno. Beckett es ilegible para el 95% de los lectores del mundo, y sin embargo, es extraordinario. No basta con ser ilegible para ser bueno. Eso es lo que te quiero decir, Juan. El problema no es la dificultad o lo minoritario. Cuando yo hablo de calidad, hablo de calidad. Beckett me sirve. Hay un cine beckettiano en Uruguay y ha hecho algunas películas absolutamente extraordinarias. Que vamos a debatir vos y yo sobre lo que vale la pena: claro. Ahora vamos a tratar de generar unos marcos de juicio que sean los suficientemente variados y lo suficientemente imparciales, es decir: que estén lo más lejos posible de la ideología, de un lado, de otro o de un tercero, para que podamos juzgar la calidad artística. Que toda obra de arte puede tenerlas y muy a menudo tiene sus connotaciones políticas o su lectura o su visionado, bien, perfecto. Eso no me preocupa. No vamos a censurar absolutamente nada, no vamos a imponer ningún tipo de sistema de valores, doctrinario, de ninguna manera. Lo que sí vamos a exigir cuando exigimos calidad, es que no basta con ser difícil para ser bueno.

 

La última cuestión que quiero consultarte es el lugar que cabe en el trabajo a nivel educación y en la instrumentalización de políticas educativas relacionadas con la formación en relación con el cine y el lenguaje audiovisual.

Sí, ya te adelanto que ese tema para mí es importantísimo. Sé que el ICAU estuvo activo en sus primeros años y que ha estado menos activo en los últimos años. Eso lo sé. Yo quiero retomar el desafío de formación y de educación en lo que refiere al lenguaje audiovisual, tanto en la capital como en todo el país. Por supuesto.

 

El otro día, me llegó desde el Ministerio de Educación y Cultura un formulario que busca evaluar cómo está el sector cultural en el medio de la emergencia sanitaria. Cuando puse que soy una empresa (porque soy una unipersonal) del sector audiovisual, el formulario inmediatamente asimiló que soy una productora y que lo que estoy sacrificando son producciones de películas y rodajes y cosas de ese orden, cuando en realidad trabajo en cosas que de alguna manera rodean a la producción. Este es el último punto que quería tocar. Expresarte el temor desde lo más precario de un sector precario, preguntarte si hay algunas acciones previstas para atender al sector en toda su dimensión, no exclusivamente la producción y su comercialización.

Para que veas, eso está más arriba que yo. Es tan importante dentro de este Ministerio ahora, que Mariana Wainstain, como una de sus primeras medidas, precisamente ha conseguido una plata para apoyar a aquellos aportadores al mundo de la cultura como vos mismo, que efectivamente están en la situación de precariedad en la que estás. Espero no equivocarme, pero creo que ha conseguido unos 34 millones de pesos para empezar. La preocupación esa la tenemos, es inmensa. Y la necesidad de industrializar lo que es industrializable, que es el audiovisual, y de sostener y de apoyar lo que hay que apoyar en la cultura, por no tener el mismo potencial comercializable, como las artes escénicas, el ballet, etc. Hay una serie de fenómenos culturales, de expresiones culturales que son centrales a nuestra civilización, a nuestra cultura y que son de gran coste y en general tienden a ser más o menos minoritarias. Ojalá seamos capaces de atraer más gente a eso, pero es difícil generar unas condiciones de rentabilidad que les permitan sobrevivir por sí mismas y por lo tanto el Estado va a estar ahí. Hay una verdadera vocación del Estado de sostener aquellos productos culturales que son esenciales dentro del concepto que este país tiene de sí mismo.

Este gobierno está en eso. Independientemente del debate que pueda existir luego, a título económico, sobre la importancia de la competitividad. Hay una serie de valores como el valor de la sanidad, seguridad, educación, que es una prioridad absoluta, y por lo tanto se están haciendo cosas que no tienen nada que ver con cálculos de mercado. Hay una serie de prioridades nacionales que están, digamos, fuera de la economía y que este gobierno, creo que está demostrando ya, que está comprometido con ello. El elemento cultural es fundamental, es uno de los elementos preferenciales, porque es el que nos permite articular una visión variada, no hegemónica, no homogénea, pero sí compartida de la sociedad entera. La sociedad se ve, se mira, en el espejo de su cultura. Una situación como la tuya debería resolverse de manera satisfactoria y espero que sea pronto. A pesar del desafío brutal que nos está provocando esta pandemia, que por un lado ya visto nos abre oportunidades, pero por otro lado nos está pasando una factura brutal. Esperemos que con el entusiasmo y con la solidaridad con la que estamos manejando la situación actualmente, estoy convencido, vamos a ser capaces de pegar un tiro para adelante cuando esto se calme. De manera que podamos encontrar los recursos que tengamos que distribuir de la manera que acabo de indicar.

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