«16 DESNUDOS» – VIDEO ENSAYO

¿Cómo se filma los cuerpos en el cine uruguayo?

¿Qué lugar ocupa el cuerpo dentro del cine uruguayo? O mejor dicho, ¿como se muestra a los cuerpos cuando están desnudos? El video-ensayo “16 desnudos” intenta responder esta pregunta de forma parca, limitándose a las imágenes, evitando hacer más comentarios que aquel que se pueda intuir a través de la música incidental de Yo la Tengo. El número del título refiere al total de planos de desnudos encontrados (al menos en las películas nacionales que están disponibles), que, con una sonrisa ladeada, descubre un panorama que combina puritanismo y explotación (aunque es probable que estas cosas vayan siempre de la mano). Armado en bloques que asocian estas imágenes entre sí, todo arranca con la idealización del cuerpo femenino en El Dirigible, donde la vagina fotocopiada de Laura Schneider parece, para su contraparte masculino, superar la unidimensionalidad del papel blanco y negro. Le siguen la repetición constante de planos americanos que muestran tetas de chicas mayormente acostadas, pasivas. El sexo siempre visto en la archiconocida posición misionera, o peor aún, la ausencia de garche y solo «el después», banal o triste, dependiendo de la situación. El voyeurismo-onaninista, prácticamente un manual de male gaze, para filmar mujeres duchándose. La casi ausencia de desnudos masculinos: apenas se atreven Manolo Nieto, que en su disección del machirulo uruguayo expone constantemente al protagonista encarnado por Pablo Riera en La perrera y Adrián Biniez, en El 5 de Talleres, su película más física, donde el cuerpo gigante de Esteban Lamothe toma posesión de cada encuadre (la raya de Juan Stoll en Hiroshima parece más bien «un accidente», digamos). El baño con las baldosas rotas y caídas, la cama desarreglada, parecen ser los únicos escenarios donde ésta visión grisácea de nulo, congelado erotismo, se hace carne. Cerca del final, un fragmento revelador de la ultra mega subvalorada Flacas Vacas. La teta se rebela fuera de los espacios donde está permitida y condenada a poder filmarse, entonces grita y rompe todo. 16 Desnudos plantea una tesis a través de estos recortes, y nos avisa -no sin cierta gracia- que tenemos que estallar o, de lo contrario, seguiremos muertos de la cintura para abajo.


Texto por Flavio Lira / Video por Agustín Fernández


 

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