Patrimonio Audiovisual: Federico Veiroj

Material Extra Nº5

Federico Veiroj es más conocido por su carrera como director, guionista y productor (Acné, La Vida Útil, El Apóstata) que por su vínculo con la Cinemateca Uruguaya, de la cual fue directivo, su amistad con Manuel Martínez Carril, que lo acercó a ella, y su trabajo durante cuatro años en la Filmoteca Española, donde colaboró en el área Técnica, de Cooperación y en Programación. Es en base a estas experiencias -y a su amor por el cine-, que lo entrevistamos para el artículo central del N°5.

Entrevista realizada el 14 de Enero, 2016.

 

¿Cuál fue tu relación con Cinemateca? 

Comencé mi vínculo con de socio con Cinemateca desde adolescente, era el único modo de ver películas, saciar la curiosidad y fascinarse con películas de todo el mundo. Luego por mi relación de cercanía con Martínez Carril hice alguna colaboración puntual en programación, también fui Directivo de la Institución. También fui alumno de la ECU durante el primer semestre del 95. En 2011 – 2012 realicé un documental homenaje a los primeros 50 años de existencia de la institución; un corto hecho que me dio la posibilidad de conocer a los viejos fundadores de Cinemateca, conocer gente vinculada a la institución de todas las épocas, ver material de archivo y sobre todo, me permitió pasar muchas horas aprendiendo con Martínez Carril que también había sido profesor mío en Historia del Cine en la ECU.

¿De qué forma colaboraste con la institución?

Ayudé en tres o cuatros festivales en la programación, en tiempos que Martínez Carril era el coordinador y responsable del Festival Internacional. Colaboré alguna vez en cosas pequeñas como gestiones para conseguir películas y contactos. Cuando viví en Madrid, ayudé a que vuelvan unos materiales de cine que desde los 70’s estaban fuera de Montevideo. Estando cerca de Martínez Carril, siempre podía haber alguna colaboración a través del intercambio de información. O sea, siempre fue una relación justamente de colaboración a una institución que tenía a MMC al frente y que por su apertura a escuchar e interés en que se hagan cosas, permitía que ideas o acciones se puedan hacer; nunca cobré un sueldo ni estuve en una planilla de trabajo. También fui directivo de Cinemateca en dos ocasiones. En el 2005 aprox, a la distancia, ya que estaba viviendo en España, y en 2007-2008 aprox en la última directiva que también formó parte MMC. Durante unas nuevas elecciones de directivos en 2009 aprox, renuncié a presentarme con el grupo que se estaba formando por diferentes visiones. Primeramente no había interés en presentarse con un plan de trabajo a futuro, y segundo y también muy importante, no había interés en incluir a MMC ni como un directivo más ni como Presidente de Honor; y yo no podía formar parte de una comisión en que mi mentor estuviese relegado. Decidí alejarme con enorme pena. Años más tarde, Cinemateca nombró con un cargo de honor a MMC, incluso fue después que la Intendencia de Montevideo reconociera como Ciudadano ilustre a MMC. Todo este último proceso fue muy incómodo de ver para mí porque se juntaban las emociones que sentía por MMC, y ver cómo se lo estaba aislando (por más que se le ofrecía seguir dictando algún curso) creyendo que esa era la forma apropiada de hacer las cosas. Pero para ese entonces yo ya no tenía relación con Cinemateca, hacía tiempo me había hecho a un lado por motus propio por haber perdido mi batalla de querer ‘renovar’ a insitución y que perdí en minoría total. En todos esos últimos años, sí que seguí en contacto con MMC y su familia porque eramos amigos. O sea, que mi relación con la Institución tuvo que ver más que nada con la cercanía con quien fuera su director durante más de 30 años y que adoré profundamente.

¿Qué proceso viste atravesar a la institución?

El natural proceso de deteriorio físico en las instalaciones y también el deterioro en las formas de trabajo y relacionamiento que creo que le han hecho mucho daño a la propia institución. Por más que ahora mismo yo no tengo relación laboral con la Institución, siento que en 2007-2008 hubiese sido genial tomar algunas decisiones para que hoy no se esté atravesando por un momento tan crítico y dependiente de fondos del estado entre otros. Era un momento clave y ojalá se esté hoy a tiempo de hacer algo.

¿Conociste a Manuel Martínez Carril?¿Cómo era su trabajo en Cinemateca y cómo era trabajar con él?

Sí, lo conocí bastante a MMC, era una persona muy especial para mí. Existía una complicidad cinéfila de fondo, y que yo heredé de él. Y él sabía lo importante que había sido para mi formación y de mi admiración por él, pero era un tipo que miraba para adelante y no se detenía en otras cosas que no fueran de interés para su tarea. Creo que para saber cómo era su trabajo en Cinemateca es importante hablar con aquellos que tenían relación de día a día con él. No fue mi caso, pero era imposible no sentir que era como el típico dueño del almacén de toda la vida que sabía absolutamente de todo, y más que nadie a su alrededor; eso lo convertía en el hombre que estaba detrás de todas las decisiones, un hombre orquesta. A pesar de ser escaso mi tiempo de trabajo con él, sentía que era un tipo que tenía la fachada de ser duro, pero si lograba confiar en alguien, se dejaba llevar y escuchaba. Era un tipo tenaz, hábil, y de una inteligencia suprema. Por todos esos motivos, me animé a invitarle en varias ocasiones a trabajar como actor, y aparte que tenía unos tiempos maravillosos, tenía una voz magnífica. La inspiración de mi segunda película, llamada La Vida Útil (2008) era básicamente él.

También trabajaste en la Filmoteca Española. Salvando la diferencia de modelo, siendo la Filmoteca una dependencia del Ministerio de Cultura español y la uruguaya una asociación civil privada, ¿Qué diferencias a nivel de gestión encontrás entre Cinemateca uruguaya y la Filmoteca española?

Infinidades de diferencias, comenzando por el modelo de institución y gestión. Sin entrar a comparar las instituciones y marcar una a una las cosas que veo diferentes que creo que no aportan demasiado a una discusión válida para algo, sí que marcaré una cosa que tiene que ver con las necesidades básicas de sus propias existencias. Por necesidades históricas la Filmoteca española tuvo que ser creada porque existía una gran producción de cine en ese país. Desde el inicio del cine, e incluso así, al igual que en el resto de países con gran producción, gran % de materiales antes de los primeros años hasta los 40’s aprox han sido perdidos. La Filmoteca española tenía como primera misión la de salvaguardar un patrimonio nacional, que sigue siendo el motivo y motor actual de su existencia. Al día de hoy y por más que en España la crisis haya tocado de mala manera a la cultura y al cine en particular, se siguen haciendo las labores de conservación (con un Centro de Restauración modélico y recién estrenado), restauración, digitalizado, investigación y programación también. Al igual que las Cinematecas o Filmotecas de todo el mundo, el objetivo era la protección del patrimonio cinematográfico nacional. Una vez entendido esto, se deduce que una institución con la vocación de preservación, también tiene dentro de sus quehaceres, la exhibición, la formación de públicos, la educación cinematográfica. Y fue así que luego de muchos años de existencia de la Filmoteca Española, se pudo lograr tener una sala propia para sus programaciones. Algo que hoy el público madrileño agradece porque la calidad con la que se trabaja es óptima y las salas son técnicamente cuidadas y renovadas constantemente.

¿Qué pasó en Uruguay? Primeramente que no hubo producción nacional continuada a lo largo del siglo XX, han sido producciones azarosas y sin ningún tipo de regulación. Por lo tanto, es válido decir que somos un país sin tradición en la realización y producción de cine durante el siglo XX. Sin ir más lejos, estamos también lejos de ser comparados con Argentina y Brasil que siempre han sido potencias cinematográficas –debido a las dimensiones, al mercado, etc… En concreto, la diferencia de lo que ha ocurrido en Uruguay con la Cinemateca es que la vocación de la institución era más el acopiar películas de todo el mundo para la futura exhibición en las propias salas, con el afán de saciar la curiosidad de todos los que amamos el cine de distintas generaciones, que el objetivo de conservar y restaurar materiales nacionales ya que eran muy escasos. Por lo tanto, y pese al nombre ‘Cinemateca’ la función era por motivos de tradición, históricos, y prácticos, el de un depósito de películas para su exhibición. Los que conocen o conocieron el archivo de la institución saben que allí no se dan las condiciones para restaurar, investigar, digitalizar ni hacer las tareas que otros archivos sí que hacen. Y eso no es debido a la inoperancia sino a las necesidades propias que siempre tuvo Cinemateca uruguaya que no era igual a la de ninguna otra cinemateca que conserva materiales nacionales en grandes cantidades desde los 50’s en algunos casos. En Cinemateca siempre se ha manejado la cifra de 22 mil títulos totales, y dentro de eso, aproximadamente 1200 títulos nacionales. O sea, un 5% aprox de materiales únicos y con especial interés patrimonial nacional.

Por lo tanto, volviendo a la pregunta inicial de las diferencias y luego de toda esta explicación larga, aventuro a decir que en Cinemateca se guarda un 5% de material nacional que tiene un valor patrimonial para nuestro país y que naturalmente debería ser salvaguardado antes que ningún otro, y en la Filmoteca Española se guardan aprox 35mil títulos y un 45-50% son materiales nacionales con el valor patrimonial que también conlleva:
http://www.mecd.gob.es/cultura-mecd/areas-cultura/cine/mc/fe/fondos-filmicos.html

Por último, es importante remarcar que todas las actividades propias de una cinemateca en relación a sus colecciones en los archivos, dependen del país de su existencia física. Es decir, que todo lo que ocupa a Uruguay hay que mirarlo con el lente particular de lo que aquí sucede y el apoyo cultural de un país del tercer mundo, sumado a la ya hablada tradición en la conservación y restauración de materiales para su exhibición o estudio. Cada vez más, las cinematecas van siendo lujos del primer mundo, y a continuación, la hermosa apreciación de las películas en sus soportes originales que son uno de los cometidos ideales de dichas instituciones. Ojalá pudiésemos tener a diario programaciones de viejas películas en buenas copias 35mm…

Fotograma de La Vida Últil (2008), filmado en el archivo de Cinemateca.

Fotograma de La Vida Últil (2008), filmado en el archivo de Cinemateca.

Con respecto al archivo, ¿Sabés cómo seleccionó tradicionalmente Cinemateca los materiales que compraba y cómo los administraba?

Sé que se compraba, se copiaba, y se recibían donaciones de todo tipo, y naturalmente se recibían aquellos materiales que las distribuidoras majors iban a desechar. De todos modos, creo que para esta pregunta serán fundamentales los lúcidos aportes que podrán hacer el histórico gran programador de Cinemateca, Guillermo Zapiola así como los actuales responsables a cargo del archivo. Me animo también a decir que la mayoría de la información a este respecto, era exclusiva de MMC.

Has expresado tu preocupación con respecto a los archivos fílmicos en Uruguay. ¿Podés explicarnos más en concreto en qué consiste tu preocupación?

En concreto, lo que me preocupa es que se pierdan aquellos materiales únicos, algunos inéditos, y que son de producción nacional. No tengo ninguna preocupación por copias de 35mm o 16mm de películas de cualquier parte del mundo que existan en otros archivos y en mejor calidad que las que aquí se conservan, porque hoy ya ni siquiera se pueden ver proyectadas porque hoy la proyección es digital. En todo caso, muchas de esas copias son las que muchos de los amantes del cine vimos proyectadas en Cinemateca y que incluso nos educó a hablar de las ‘calidades de proyección’ ya que muchas de esas copias estaban bastante cascadas. Durante años incluso en el boletín de la institución se ponía el estado físico de las copia a proyectar, para evitar luego las quejas. Desearía poder ver esas películas en 35mm o 16mm proyectadas pero sé que es una fantasía de cinéfilo en estos tiempos. Soy un espectador apasionado por ver el material de cine en el formato en que fue concebido, en cualquier viaje que hago, corro detrás de copias 35mm para ver porque lo disfruto mucho; pero sé que es un lujo hoy en día que sólo algunos cines y archivos del primer mundo pueden proteger. Por lo tanto, en Uruguay mi preocupación es únicamente por lo que considero que es el único Patrimonio nacional y que es merecedor de dicho título y que se lo guarde, preserve, restaure, digitalice lo antes posible. Sucede que la Institución Cinemateca está declarada PATRIMONIO por lo que ha sido su tarea en todas las épocas y por su labor de formación sobre todo; esto es algo a celebrar ya que todos sabemos lo que ha representado dicha institución, incluso en tiempos que la cultura era ninguneada. Y el archivo está declarado MONUMENTO HISTÓRICO, por lo tanto, imagino debe haber mucho miedo de hablar más en profundidad de lo que allí dentro hay. Desde mi punto de vista, lo único que debería ser llamado MONUMENTO histórico es ese 5% de materiales nacionales que no están en ningún otro lado del mundo. Considero que hay un error en esas denominaciones porque justamente están anteponiendo el real interés que la institución debería tener así como el real interés de los que estamos interesados en guardar y conocer todos los materiales nacionales. Se hará una letra pequeña diciendo que en realidad cuando se declaró Monumento se refería a los materiales nacionales, o alguien se retractará? No creo, y es una pena, porque se está poniendo una cantidad de material con la misma importancia del que nos debería importar realmente. Como ejemplo, por qué es monumento histórico nacional una copia de exhibición en 35mm de la película VIVIR de Kurosawa que está en mal estado, que no se proyecta más en Cinematca ni en ningún lado en Uruguay, y que se encuentra en muchos archivos de todo el mundo e incluso perfectamente restaurada y más aún, quien quiera verlatanto en su casa como en proyección la va a descargar de internet para verla en mejor calidad o pedir una buena copia al tenedor de los derechos –y aclaro que soy el primero que se lamenta por no poder ver más esa obra maestra que pongo como ejemplo, en soporte 35mm en Uruguay.

Por lo tanto, en este punto hay que hacer la observación que lo que ha hecho Cinemateca durante muchos años fue un gran acopio de películas y que bajo la denominación de archivo (con todas las tareas que eso implica y que aquí lamentablemente no se han hecho) y luego de Monumento histórico, sumado a la enorme figura de Martínez Carril que fue quien lo creó y alimentó el gran tamaño, se ha dejado de lado el interés que es la conservación del real patrimonio cinematográfico nacional. Hay algunos ejemplos siendo el último la película ALMAS DE LA COSTA que fue restaurada en México, pero siempre casos contados, excepciones dada la obvia poca cantidad de materiales nacionales.

Según mi modo de ver el Patrimonio cultural y el monumento histórico fue la figura de Martínez Carril y naturalmente lo que la institución hizo y representó en el pasado, hasta que Martínez Carril dejó de estar allí; una visión propia del siglo XX y unas formas de trabajo también del siglo pasado. Una vez entendido lo anterior, es importante aclarar que todo lo relativo a ‘archivo’ debería ser manejando de forma independiente de las tareas de formación de público, de programación y educación que también se ha hecho en Cinemateca durante años y que es el motivo por el que hoy se la conoce y se habla de ella. A veces se habla del mito de la Cinemateca que creo que tiene que ver con lo vasto de su archivo pero no de su contenido con interés patrimonial para todos los uruguayos. Finalmente, insisto que para el bien de todos los que nos interesa el cine, la producción nacional, la exhibición y que eso tenga continuidad en el tiempo, será crucial que exista un apoyo público continuado a que el 5% del archivo de Cinemateca se conserve y trabaje en condiciones en sitio más idóneo en el país que sea, y que luego la propia Cinemateca pueda tener al costado sus tareas de programación. Esto aliviará el peso que todos los años sufre la institución por los elevados costos que tiene, y finalmente se podrán enfocar en las tareas de programación, formación y educación que son las que esperamos todos que puedan tocar las fibras de los jóvenes espectadores, los ya asiduos y los creadores futuros.

Por último, me gustaría mencionar que todo lo relativo a las colecciones de los archivos en Uruguay que no son de material nacional, merecen una discusión aparte ya que son materiales de todo el mundo que han servido para nutrir proyecciones y que si bien pueden ser muy preciados, no tendrán un uso práctico en el futuro en nuestro país –lo digo con una gran pena ya que las condiciones para poder volver a ver copias en fílmico están lejos de estar dadas. Como dije anteriormente, el lujo que supone tener una colección de cine con materiales de todo el mundo, pasa también por cuidarlo en condiciones, proyectarlo y que se pueda justamente vivir la experiencia completa; cosa que en el presente aquí en Uruguay no creo que sea muy viable que vaya a suceder por motivos primeramente económicos.

Como se puede deducir de estas líneas, es un tema delicado (que en lo personal me duele mucho ya que afecta a mi propio disfrute también) y que da para profundizar mucho más que en un contexto de entrevista. Desearía que puedan existir ámbitos de debate y pensamientos sobre estos asuntos ya que hay materiales irreversibles a cuidar que así lo requieren.

¿Quién o quiénes considerás responsables de atender esta problemática y por qué?

El Ministerio de Cultura y Intendencia de Montevideo, en primer lugar por el interés que se sabe que tienen en que durante sus mandatos no desaparezca una institución con tanta importancia histórica. No creo que al nivel político se esté al tanto del detalle de lo que debe conservarse, por qué, etc… Pero es importante que sigan estando interesados por todo lo relativo al cine, y no meramente para que no se desvanezca una institución que fue un emblema, sino pensando realmente en lo que vale la pena hacer en un país sin la tradición en la producción ni conservación y que por otro lado tiene al Archivo nacional de la imagen que depende del Sodre (MEC) que en teoría se dedica a lo mismo que Cinemateca. Y también desde Cinemateca son responsables de lo que allí conservan y del plan de trabajo a futuro que deberían tener en un mundo que en pocos años ha cambiado enormemente. También todos los interesados en estos asuntos somos responsables de aportar todo lo que pensamos de forma constructiva para que se pueda realmente hacer algo productivo y que no se esté gastando dinero público en materias que en nuestro país no ha habido tradición y que en el 2015 es ya tarde para ponerse al día (como la conservación) y que al ser un país del tercer mundo tendrá que buscar nuevas opciones de supervivencia distintas a aquellas soluciones que se puedan encontrar en países con archivos grandes y con una historia continuada en el siglo XX en la producción y conservación de materiales. Otra vez, sería ideal un espacio de trabajo sobre estos asuntos para que puedan haber soluciones sea del lado privado o público.

Manuel Martínez Carril como "Martínez" en La Vida Útil (2008)

Manuel Martínez Carril como «Martínez» en La Vida Útil (2008)

¿Qué alternativas creés viables o necesarias para solucionar estos problemas con respecto al patrimonio fílmico?

Siendo un tema bastante vasto, contestaré únicamente en relación al Patrimonio fílmico nacional de todos los archivos o depósitos uruguayos en los que éstos materiales existan. Estimo que lo más conveniente sería realizar un convenio que incluya el envío total de los materiales a un equipo de expertos de la región (en Argentina o Brasil, o incluso México, donde también hay laboratorios para el posterior digitalizado) que puedan revisar la condición de dichos materiales, visionarlos en moviolas, catalogarlos en condiciones, limpiarlos, e incluso restaurar en caso de ser necesario. Una vez hecho lo anterior, se deberían preparar esos materiales para hacer telecinados digitales en las mejores calidades disponibles de modo de tener un master 2K o 4K de los mismos; esto se podría hacer en ese mismo país así se evita un nuevo gasto de transporte. Finalmente, a partir de esos masters digitales se pueden sacar copias de exhibición, copias de consumo y de formatos domésticos para investigación. En este último punto es donde la sociedad entraría en contacto con dichos materiales y descubrirá materiales que de otro modo no iría a conocer jamás. Luego quedaría decidir dónde conservar los originales en soportes fílmicos en las mejores condiciones; esto es delicado porque justamente asumir que no sea en Uruguay es asumir que las condiciones que tenemos en Uruguay no son óptimas, es admitir una debilidad. Me parece que lo más lógico, consecuente y que conduce a que los materiales perduren, es conservarlos en archivos sea de la región (o México también) en que las tareas de preservación se vienen realizando continuadamente hace decenios y de ese modo, en Uruguay nos quedamos tranquilos que todo estará bien cuidado. En caso de precisar uno de esos soportes fílmicos para algún uso (raro que se vaya a usar teniendo ya un material digital apto para consulta y proyecciones), se haría un envío de de Fed-Ex desde el archivo en que están depositados dichos materiales y en 3 o 4 días estarían disponibles.

Con respecto al resto de materiales que NO son nacionales, primeramente creo que sería ideal que se ofrezcan a cinematecas del primer mundo que puedan estar interesadas, serán muchas estoy seguro porque conozco como piensan algunos directores de archivos de cine con posibilidades reales de conservar nuevos materiales. De lo contrario,creo que se deberían devolver a las Embajadas que han donado dichos materiales o cuyas películas sean de esos países y que decidan qué hacer. También se podrían vender a coleccionistas uruguayos o de todo el mundo y con ese dinero pagar las restauraciones de material único y nacional. O sino ofrecerlas a las productoras de las películas en cuestión. Según mi punto de vista, todos aquellos materiales que no son nacionales y que no tienen un valor patrimonial nacional, tienen únicamente un valor de colección. Al igual que una colección de discos de vinilo de un coleccionista privado, al igual que una gran biblioteca. ¿Por qué? Porque son copias de uso que abundan en el mundo y que no tienen otro valor que el de colección, consulta, y ni siquiera de exhibición en el caso del material fílmico porque la proyección de cine en soporte fílmico es ya inexistente en todos los países que no son del primer mundo salvo escasas excepciones; y como ya he expresado, lamentablemente aquí en Uruguay también. No habrá ningún problema en separar esas copias de su conjunto siempre y cuando estén en un archivo que las va a cuidar, catalogar e incluso se podrán investigar dichas copias con el apropiado equipamiento por si hay algún descubrimiento inédito.

Es todo caso, aunque pueda existir una proyección concreta en soporte fílmico, creo que sería poco apropiado recurrir a copias que están en muchos casos deterioradas por el paso del tiempo, que tienen rayas, que están cortadas, que están viradas de color, o que tienen síndrome de vinagre, sino que sería apropiado traer una buena copia restaurada de otro sitio para justamente cuidar de la mejor manera a la película, al espectador, a la experiencia cinematográfica. Y si eso no se puede sería mucho más inteligente es trabajar con un archivo digital realizado justamente por los tenedores de los derechos de dichas películas; restauraciones digitales cuyas calidades tanto de imagen como de sonido, son estupendas. Cuando expreso lo anterior, confieso que mi deseo sería ver todo tipo de películas de cine en 35mm (concebidas en ese formato) y en salas ejemplares, pero sé que eso es un lujo que hasta los países más desarrollados están actualmente luchando activamente por su permanencia; como la tecnología analógica está cada vez está más obsoleta, los costos para trabajar de ese modos son cada vez más altos.

Has expresado abiertamente que para vos el Estado no debe apoyar a Cinemateca, pese a que es una institución en la que te formaste. ¿Por qué?

Qué extraño, nunca he hablado de estos asuntos públicamente por lo tanto no tengo registro de haber dicho algo así. Desde luego que apoyo que el Estado debería tener entre sus intereses la salvaguarda del Patrimonio fílmico nacional pero no a una institución en su totalidad (por lo que ésta ha representado en el pasado) cuando ya el Estado tiene al Sodre y su departamento de cine y el Instituto del Cine del Uruguay. Las innegables tareas de programación de Cinemateca a lo largo de los últimos 50 años han sido fantásticas y ojalá lo puedan seguir haciendo en las mejores condiciones y no dependiendo de la voluntad política. Pero como dije anteriormente creo que es fundamental dividir las tareas de archivo y de la programación, y una vez hecho esto, es fundamental dividir aquellos más de 20 mil títulos que según mi modo de ver no forman parte del Patrimonio nacional, para así llegar al ya mencionado 5% del archivo de Cinemateca de materiales nacionales que son los que realmente habría que proteger a capa y espada. Creo que justamente el apoyo del Estado debería aumentar cada vez más hacia la producción de cine nacional que es lo que a la larga ameritaría un archivo real de mayor tamaño y que conserve todo nuestro cine. Hoy esto no es así. De hecho, está lejos de serlo, ya que aquellas películas que se producen con dinero público (MEC e IMM) luego no tienen la mejor difusión posible o el tiempo que todos los productores desearíamos porque el mercado de exhibición de películas extranjeras nos gana casi siempre -no olvidar que tampoco tenemos una continuada tradición en ver películas nacionales; por lo tanto, ni el MEC tiene salas propias de cine destinadas al cine nacional ya que el Sodre lo hace una vez al año en la ‘Semana del cine nacional’, ni el Instituto de cine ICAU tiene salas propias y tampoco la IMM. O sea, que dichos organismos deberían ser los primeros interesados en que se generen nuevos espacios en que las películas que apoyan para la producción se puedan también ver y que no tengan que ser desplazadas semana tras semana en la cartelera de cine de Montevideo por lo pronto. Por lo tanto, si el MEC o IMM están interesados en proteger una actividad de formación y de exhibición de cine, deberían comenzar por pensar en la difusión de las películas nacionales que es hoy en día, casi inexistente.

En resumen, creo que es otra vez tarea de todos los implicados en estos temas tanto del sector privado como público, el de decidir en qué es que vale la pena invertir el dinero público.

Por último, es importante remarcar que por más que yo me he formado en Cinemateca no pueda tener una visión más amplia de dicha institución y de su funcionamiento; no me veo obligado por nada ni nadie a hacer una defensa de la actual gestión (aclaro, de la actual) justamente porque le tengo un cariño inmenso a Cinemateca y quiero que en el futuro sea la mejor institución de cine para todos los uruguayos; quiero que estén las salas llenas de gente, que se vean bien las películas, que se escuchen bien, que se llene de jóvenes, que nos inviten a los productores y directores a presentar nuestro trabajo, discutir, quiero que se invite a la gente capacitada a incluso reflexionar sobre la propia institución, etc… Por lo tanto, me siento especialmente afectado que exista tal crisis, continuada, y me parece fundamental no negarla, sino que justamente a través de la manifestación de nuestro interés se nos invite. También vale aclarar que el enorme afecto expresado en las líneas anteriores por MMC era independiente de las opiniones de cada uno; eran normales las disputas y el instarle a que él haga algo para solucionar las cosas, algo con miras de futuro, siendo que era el único que tenía algo para hacer dado su poder y capacidad. Ese era mi máximo reproche hacia él, y no tengo ningún inconveniente en decirlo hoy al igual que creo que MMC era el tipo más lúcido que existía en Uruguay en materia de cine, pero pese a ello, tenía otras falencias. Una de las falencias de MMC según mi modo de ver es que el depósito de películas de cine de Cinemateca que es producto del continuado acopio que él mismo hizo durante su extenso mandato, no incluyó el formar equipos de trabajo de profesionales para manejar todo ese archivo en las mejores condiciones; o sea que su genialidad reside en la acumulación de películas para nutrir las programaciones, cosa que es un gran cambio con respecto al presente ya que dichas películas tampoco se utilizan dado que los materiales de exhibición son otros. Y otra gran falencia incluso admitida por él, es el no haber insistido más en que su enorme legado sea continuado por profesionales de su confianza.

Al parecer, partiendo de los informes sobre patrimonio elaborados para ICAU en el 2011 que declaraban como grave el estado de los patrimonios fílmicos nacionales, se elaboró un plan cuyo objetivo es crear un Depósito Único para los materiales nacionales, donde cada institución cede al Estado los materiales para su salvaguarda sin perder la propiedad de los mismos. ¿Qué pensás de esta alternativa?

Habría que entender el por qué de la conclusión de dichos informes y también saber si se habla más en detalle de los contenidos que es lo que realmente importa. Otra vez, un tema enorme que amerita un espacio apropiado de discusión. En todo caso, pienso que la mencionada alternativa sería buena siempre y cuando antes de la unión espacial de dichos materiales se haya contratado a un equipo de trabajo especializado para realizar las tareas de limpieza, catalogación, restauración, preparación para digitalizado,  y que luego dicho depósito (único o no) tenga obviamente las condiciones ambientales necesarias. Creo que en esa alternativa se está hablado más que nada de lo locativo, y yo creo que no hay que desestimar el primer cometido que es que la sociedad conozca las películas y que podamos disfrutar todos de ese acervo porque sino seguiremos hablando de oídas sobre el fantasma de los archivos de cine en Uruguay.

¿Cómo imaginás a la Cinemateca Uruguaya del Siglo XXI?

Me parece difícil imaginar la Cinemateca Siglo XXI cuando justamente yo me tuve que hacer a un lado hace unos años de mis tareas de directivo porque me tocó no tener apoyo en la propuesta insistente de un plan de futuro, un plan general de reformulación de la institución, un plan que incluía la renovación en todos los sentidos; mi propia experiencia allí fue la que me cortó la inspiración. Por ese entonces, desde la directiva que se presentaba con nombres de integrantes pero sin un plan, lo que se pretendía era mantener las cosas tal y como estaban; desde mi actual experiencia de espectador creo que ese objetivo lo están cumpliendo.

En un mundo ideal, mi imaginación va por el lado de tener una institución de cine con el nombre que sea, y que tenga unas estupendas salas de cine con todas las comodidades y calidades posibles, con una programación de todas las épocas y estilos que contemple a todas las edades, con actividades para niños, jóvenes, con intercambio de cineastas locales e internacionales; es decir, un sitio al que dé ganas de ir todo el rato y que sea un centro de reunión de cualquier interesado por el cine y la cultura en general. Creo que ese centro de cine debería tener proyecciones en celuloide, debería tener espacios abiertos para la consulta de materiales, un museo o alguna zona didáctica relacionada con el cine, una cafetería, una librería y tener un personal apasionado por el cine. O sea, imagino un lugar como el que puede haber en cualquier ciudad del mundo, comenzando por Buenos Aires o San Pablo, o como el Forum des Images en París o la Cinemateca Francesa, o la Cinemateca Portuguesa o la Española, o la Cineteca del DF… Pero estos sueños e imaginaciones no creo que puedan verse realizados si el objetivo para su consecución no es compartido, ya que son imaginaciones muy ambiciosas. Una vez que esa imaginación se haya compartido y un proyecto de cine con una visión de futuro se ponga en marcha, estaremos en el momento de tener todo para ganar quienes amamos y de verdad disfrutamos del cine.

Cinemateca Pocitos, algunos años atrás.

Cinemateca Pocitos, algunos años atrás.

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