Clever (2016)

Pendientes

Tenemos claro que hacer cine cuesta mucho. No sólo dinero, cuesta mucha energía, convicción, resistencia al fracaso, paciencia, capacidad de negociación, trabajo en equipo… Más si se está haciendo en Uruguay, donde las vías de financiación se reducen y los tiempos se duplican. Y más aún si se lo hace según modelos de producción tradicionales, con grandes equipos técnicos y cámaras de alto porte. Implica años y años de ir detrás de una idea y su realización… O sea, hacer una película como Clever en Uruguay, es una inversión gigante, descomunal. Por lo tanto, no podemos evitar preguntarnos: ¿para qué?

Se nota que Clever es el esfuerzo por ir detrás de un sueño, unas imágenes intuitivas, que se figuraron con la sugestión de la imaginación libre, sin frenos. Por eso su destino es Las Palmas, un pueblo inventado; por eso allí las reglas son anárquicas, oníricas.

Con esta premisa aparecen momentos visuales potentes, graciosos, funcionales (el niño de túnica y la escopeta, el borracho rodeado de palitos, el gimnasio, el forzudo tocando el piano, el juego de mikado…) y se establece una buena línea narrativa (hombre de la capital llega a pueblo extraño para pintarle unos fuegos a su auto y se enfrenta a un mundo que lo cuestiona en sus convicciones). Pero ocurre que esta premisa de perseguir un sueño sin mirar lo que revela, también parece ser la excusa para omitir o evitar profundizar, desarrollar o abrir la puerta a los conflictos sustanciales de los personajes. Así el protagonista y la fauna del pueblo se quedan petrificados en un gesto recurrente, una imagen idéntica, exagerada o apenas trastocada, que se repite sin trasfondo.

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Clever (Hugo Piccinini) y Sebastián (Antonio Osta) en el bar de Las Palmas. Detrás Horacio Camandule como uno de los parroquianos.

Estos gestos se tornan superficiales, y así también lo que se va revelando: un lugar donde la forma de ser macho se cruza con rasgos infantiles, artísticos y/o femeninos. No se trata de que los directores debieron afirmarse o cuestionar la sexualidad de sus personajes, pero sí de llevar esa configuración a sus últimas consecuencias. La película opta por mostrar al personaje escapar de su destino en Las Palmas, devolverlo igual que como llegó, con cierta infantilidad que lo iguala a su hijo y la misma rabia reprimida hacia el nuevo novio de su ex. Además, lo más ominoso/amenazante/incómodo que se construye (cierta tensión sexual entre Clever y la madre, su pánico gay ante Sebastián) termina por desenlazar con un desapasionado beso MILF y con una pregunta verbalizada por la madre en diálogo: «¿Usted cree que mi hijo es homosexual?«. Para ser una película anárquica, como los sueños, termina siendo curiosamente contenida y controlada.

Cuando hace 10, 15 años, 25 Watts (2001) y Whisky (2004) desafiaban los esquemas narrativos clásicos y planteaban películas donde «no pasaba nada» o donde el desenlace de la trama quedaba fuera de campo o en elipsis, estaban proponiendo una narrativa fundacional. No-mostrar, no hacer evidente y no tocar el nervio sino sugerirlo, era desafiar una convención. Lo hicieron de forma tan potente que todavía le cuesta a algunas películas uruguayas ir por otro lado y no imitar recursos. En Clever, la partida del protagonista de Las Palmas tiene más fundamento en una «tradición estética» local mal entendida, que en el universo y el ánimo del planteo que la película hace, y de lo que se revela al sacarlo adelante.

Necesitamos que más cineastas asuman su papel heroico, miren de frente el mundo que se les impone desde la imaginación y lo lleven hasta sus últimas consecuencias, convirtiendo a sus películas en rituales catárticos para sus personajes, para ellos y para nosotros.

Sebastián tocando el piano

Sebastián (Antonio Osta) tocando el piano


Nombre original: Clever | Guión y Dirección: Federico Borgia y Guillermo Madeiro | Fotografía: Ramiro González Pampillón | Arte: Gonzalo Delgado | Montaje: Juan Ignacio Fernández Hoppe | Música: Ismael Varela | Año: 2015 | Elenco: Hugo Piccinini, Antonio Osta, Marta Grané, Horacio Camandule, Nestor Guzzini. 83 min.

Se exhibe en Life Cinemas 21 a las 20:30 hs y en Movie Montevideo a las 22:00

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1 comentario

  • Josefina Mario dice:

    Me gustó la crítica!
    Tuve una linea de pensamiento similar después de ver la película, pero no logré bajarla a tierra con tanta calidad. Asi que por mi parte creo que está bueno que alguien la haya escrito así. Además de los pies que me dio para pensar y repensar. Gracias, saludos.

  • otto dice:

    En un todo de acuerdo

Los Comentarios están cerrados.