El nuevo documental de Mario Handler se construye en base a la siguiente premisa: aproximarse a la realidad trabajadora de la manera más sencilla y honesta posible. Los obreros de hoy no son los mismos que los de hace cincuenta años, ni tampoco lo son las razones que los mueven ni el mundo que habitan. El Uruguay cambió mucho, sin embargo hay algunas cosas que siguen igual: el sacrificio y el trabajo.
Handler no busca hacer una película sobre la lucha sindical, no quiere concentrar la atención en la cuestión de clases (al menos no del todo). Busca mostrar, a través de una mirada desprejuiciada, a los y las obreras con todas las facetas que los componen, sin caer en una construcción idealista del trabajador. Los muestra en sus casas, con sus parejas y sus hijos. Los muestra contradictorios, diversos, demagogos, simples y complejos.
La película inserta el discurso de la lucha sindical en un mundo tan complejo y plural como el de hoy. Resignifica el pasado en el presente, sobre todo cuando fragmentos de documentales anteriores de Handler se vinculan con los de ahora. Valores “pasados de moda” se mezclan con los actuales y se reconstruyen. Es un modo de mostrar que hay cosas que han cambiado y que, a su vez, algunas raíces que se echaron siguen prendidas en la idiosincrasia obrera. Es también un intento de recuperar material cinematográfico en peligro de extinción, el cual toma otro valor al ser incorporado en el documental actual. Sin aquellos fragmentos de la década del 60, la película sería sólo un retrato actual de los obreros uruguayos. Sin embargo, está en un diálogo constante con el pasado lo que la hace más rica y llena de sentido. La convierte en una reflexión profunda acerca de la historia uruguaya encarnada en la clase obrera.
El tema de la clase social es una línea transversal que recorre las películas de Handler: Aparte (2003) y El voto que el alma pronuncia (2011). La forma de mostrar las cosas quiere dar voz, más que nada, a la clase popular. Hay como una cosa super uruguaya y popular en la selección de la música: el tango, la payada, la cumbia. Vemos la intención de Handler de mostrar “las cosas como son” a través de esa cámara que, sin perder la belleza, se revela a sí misma y está siempre presente.
Finalmente, la película termina con la unión de un fragmento de un documental anterior con el de un trabajador de la UNTMRA soldando con una máscara con el símbolo comunista. El trabajador de campo del documental viejo dice: “Tengo las columnas quebradas (…) todo el día trabajando, compañero. Tengo 7.000 pesos para criar a mis hijos y luchar de atrás para hacer estos ranchos”.
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Nombre original: Columnas Quebradas| Dirección: Mario Handler | Guión: Mario Handler | Año: 2015. 78 min.
El film se exhibe a partir de este viernes en Life Cinema a las 18:30 y en Cinemateca Pocitos a las 19:30. En este último además se puede apreciar una muestra paralela, donde se podrá conocer más a fondo la filmografia de este realizador.
